19 oct 2013

OCTUBRE ...........MES MORADO


Todos los años en Octubre, Lima se viste de morado conmemorando al Señor de los Milagros, en esta oportunidad por primera vez la Asociación de Ex alumnos del Colegio Lima San Carlos por gestiones de su Junta Directiva y la gentileza del Rvdo.Padre Rafael Sánchez Concha Chil (Promoción 1985) párroco de la Iglesia de la Recoleta en un estrado de la parroquia ubicado en la Avda. Wilson casi haciendo esquina con la Avda. Uruguay rendirán un homenaje conjunto al paso de la procesión de la  la Sagrada Imagen este 28 de Octubre, día de su guardada.
También desde este blog queremos hacer un homenaje alusivo colocando unos  párrafos extraídos del libro "Calles de Lima y meses del año" del gran historiador José Gálvez (año 1945)  que con su enjundioso verbo relata este acontecimiento de la siguiente manera :

       El gran acontecimiento del mes de Octubre ligado a los temblores como lo saben en todo Lima, es la Procesión del Señor de los Milagros.
Desde muy atrás se habituó la gente a contemplarla por toda la ciudad durante tres días consecutivos y a tratar a la imagen con esa familiaridad semejante a la irreverencia , de la confianza ciega. se decía y se sigue diciendo, con simplicidad pueblerina, el Señor almuerza en tal iglesia, merienda en la otra, come en la de aquí y duerme en la de allá. Se creía en lo inevitable de la muerte en cada año de uno de los cargadores del anda, cada vez con mas peso por la acumulación de los ex-votos(sic). El Señor recoge cada año a uno de sus cargadores como premio de bienaventuranza al esfuerzo, se decía, y se repetían vulgaridades de petipieza como aquella de "paso hermanitos que el Señor se avienta......"
      La procesión decayó no poco en el siglo XIX para renacer con brío y ya no solo con acompañamiento del pueblo sino con representantes de todas las clases sociales. Carlos Amézaga dejó una página goyesca, muy discutida en su tiempo por su crudo realismo, pero de gran vigor naturalista, valiente ensayo de reacción, deliscuentes (sic) en trance de desmayo. Su composición  El Señor de los Milagros tiene aciertos como este:

         ...............................Yo me remonto al día 
        en que los fieles todos y por vez primera
        en procesión sacaron esta imagen severa.....
        Pienso con un nervioso retrospectivo espanto 
        en las horas aquellas de confusión y llanto
        cuando tembló la tierra con explosión de minas
        ¡y fue Lima, en instantes, solo un montón de ruinas!

La ciudad se teñía de violeta,- como si se hubiera derramado un frasco de tinta morada, dice Porras.-con los vestidos de las hermanas y devotos.

En las esquinas del transito ponían sus tablas y mesas, vivanderas y turroneras.- Doña Pepa se ganaba la mejor clientela y ha adquirido una especia de inmortalidad porque su golloría se sigue pregonando.

Es la mas genuina , la de mas raigambre, y en una especie de reconocimiento; la mas integradora e igualitaria de las expresiones colectivas de la ciudad.. Tal vez por su origen popular es la de mas obstinada durabilidad y realiza una función unitiva muy interesante de índole nacionalista.
Magnifica mancha vibradora en la perlada atmósfera de Lima, es tentación para el pintor y para el músico. Con sus hermanos y hermanas de morados ropones con cíngulos blancos; con el resplandor en plena luz, de millares y millares de cirios con olor y lila en sus labraduras, con el olorcito picante y apetitoso de sus viandas y dulces ,- infernal convocatoria a la gula,- confundida con el perfume del sahumerio,- llamamiento al éxtasis,- con el brillo refulgente de los ricos pebeteros de plata , granadas, pavos reales y pavitas de repujados ostentosos, con los antiguos y quejumbrosos cantares de música entre litúrgica y pregonera, con el pululamiento de los sinceros devotos y de los curiosos noveleros, resulta una pintura de extraordinaria espectacularidad..
Vista de lo alto desde un balcón o una azotea,al caer la tarde cuando el sol de las brujas pone su amarillo de miel sobre todas las casas, aumenta el parpadeante fulgor de las velas  y se agudiza la plegaria cantarina , la Procesión  de los Milagros, cuadro y sinfonía a la vez es como un andante del crepúsculo, decoración de tonos violetas y flamígeros, masa coral tremulante , por lo que pasa, en escalofrío y fiebre, una onda profunda de compleja ansiedad , dolor y angustia de carne triste , traspasado por penetrante saeta del misticismo.

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